CALAFATE | MÉRINOS, ALPAGA, YAK

¡Hecho para seducir!

Este hilado especial se ha inspirado en los espectaculares glaciares cerca del pueblo argentino de "El Calafate" donde crece la baya del Calafate. El arbusto de Calafate es mucho más que una planta nativa exótica. Alrededor de las bayas existe una leyenda popular en la región que cuenta que cualquiera que coma una baya de Calafate, regresará nuevamente al cautivador paisaje de la Patagonia.

Hemos reunido tres maravillosas fibras para crearlo: 50% merino ultrafino (certificado RWS), 40% alpaca y 10% yak.

Nuestra lana merino es por supuesto libre de mulling y proviene de Argentina (Patagonia). Su finura de fibra es de 17,5 micrones, es decir, "ultrafina". Tiene la certificación RWS, lo que significa que los animales se mantienen de acuerdo con los estándares ecológicos y no se utilizan blanqueadores tóxicos u otros productos químicos en la fabricación del hilado.

Las fibras extremadamente suaves y delicadas de la alpaca provienen de la primera esquila de animales jóvenes del altiplano andino del Perú. Aunque es un hilado muy  fino y ligero no suelta pelusa. Tiene excelentes propiedades reguladoras del calor y es extremadamente suave a la piel. Debido a que la alpaca apenas contiene lanolina, es adecuada para personas alérgicas a la lana.

Finalmente, la porción fina de lana de yak e proviene de Mongolia, su finura es de alrededor de 16 micrones.

Estas tres fibras se unen para crear un hilado perfecto: la lana merino la hace suave y elástica, la alpaca le da brillo y caída, y el 10% de yak le da un toque de lujo y calidez. Y al igual que las bayas de Calafate, ¡este hilado te encantará! Después de todo, es un hilado lujoso, irresistiblemente ligero, suave y muy transpirable que seguramente inspirará muchos proyectos como gorros suaves y cálidos, calentadores de manos, y chales  o maravillosos cardigans y jerseys.

Disponible ahora en color crudo natural.

Recomendamos lavar a mano tus prendas de Calafate en agua tibia con un detergente suave para lana. Secar en plano, preferiblemente sobre una toalla, en un lugar fresco, evitando el calor o la luz solar directa.